23.3.11

Surfear relajado.



Tan sencillo y tan difícil a la vez.

Esto es lo que me ha ayudado a mejorar en el agua este invierno. Lo descubrí gracias al libro Surfing your best, que me regaló mi buen amigo Nael. Tras responder afirmativamente unas preguntas para determinar mi nivel de tensión en el agua (del tipo ¿tienes dolores de cuello después de surfear?¿sueles sentir que tus pies no están colocados en los puntos clave de la tabla?) me di cuenta de que necesitaba cambiar algo. Algo llamado tensión.

La mayoría de los surfistas realmente buenos, desde Occy o Curren hasta Parko y compañía, no hacen demasiado esfuerzo cuando surfean. Esto sucede porque la mayoría de su surfing es originado por pequeños desplazamientos de peso y leves y fluidos movimientos de caderas, rodillas y tobillos. Una tensión en la parte superior del cuerpo impide que ésto ocurra, porque se transmite, a través de las caderas, a la mitad inferior del cuerpo, entorpeciendo cualquier movimiento de las piernas. De esta forma, el tiempo de reacción se ralentiza y el tacto con la tabla y con la ola disminuye, haciendo que sea difícil entender lo que pasa bajo nuestros pies.

Una de las mejores formas de superar esta tensión es probar otra tabla. Pillar, por ejemplo, un tablón grande y viejo unos días, relajar conscientemente la parte superior del cuerpo, bajar los hombros, relajar las manos y los dedos y dejarte llevar. Ya lo decía Rob Machado, "el foam es tu amigo". A mi me ayudó mucho partir mi 6'1 convencional. La falta de dinero para repararla me hizo surfear la última parte del invierno con mi retro twin fin (5'9'' x 21' x 3'') y he de decir que nunca pensé que me iba a alegrar tanto de partir una tabla. De repente, todo era más fácil, y noté como la relajación de la parte superior del cuerpo me ayudaba a encontrar esos pequeños ajustes de caderas, rodillas y tobillos. 

Y sigo siendo una patata en el agua, pero ahora soy una patata feliz y relajada.

6 comentarios:

taperware dijo...

Sin duda, es cuando mejor te lo pasas.
Cuando yo cogía olas, había días que por muy bueno que estuviera no hacía nada de nada, estaba más pendiente a "hacer XXX bien por cojones" que de disfrutar. Y eran los días que realmente me lo pasaba en grande los que entraba en el agua en plan "me he levantado temprano, el traje está mojado de ayer, hace un bonito día... me la suda que me salga o no lo que intente". Y algunas salían, y entonces llegaba a mi casa con más ganas de volver a la playa.

Víctor. dijo...

Esa es la actitud. No hay que hacer las maniobras cuando quieres, sino cuando son, y eso sólo se consigue cuando estás relajado y sintiendo lo que pasa bajo los pies.

Dani dijo...

Enhorabuena por el blog. Lo acabo de descubrir y tienes un punto de descubridor (valga la redundancia) de cosas interesantes de lo mas loable jeje..
A seguir asi..
Un saludo

Víctor. dijo...

Gracias tío. Estoy empezando aún, pero era una cosa que llevaba tiempo queriendo hacer y que he cogido con ganas.

Tus fotos e historias son realmente buenas.
Te seguiré, un saludo.

Marineroblog dijo...

cuanta razón...y como bien decía "taperware" muchas veces se nos olvida...

muy bueno

Anónimo dijo...

excelente

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